Los cambios hormonales que ocurren durante la menopausia, entre ellos la disminución de los niveles de estrógenos, son uno de los factores más importantes relacionados con el aumento de las enfermedades cardíacas en las mujeres tras la menopausia, ya que aumenta el riesgo cardiovascular al incrementar la presión arterial (hipertensión) y los niveles de colesterol (hipercolesterolemia).
La mujer entre los 45 y 55 años sufre unos cambios considerables en los niveles de estrógenos y progesterona, que finalmente desencadenaran en el periodo de menopausia.
Además de las alteraciones cardiovasculares, la menopausia ocasiona síntomas comunes como pueden ser los sofocos, el insomnio, cambios en el estado de ánimo, escapes de orina, grasa visceral y adiposidad central, entre otros.
En materia de actividad física se ha demostrado que el ejercicio físico puede contribuir muy positivamente en la mejora de calidad de vida de la mujer durante este periodo.
- El entrenamiento aeróbico mejora las funciones y estructuras cardiacas en mujeres de mediana edad como factor preventivo al deterioro cardiaco.
- El trabajo cardiovascular intenso parece ser más efectivo, que el trabajo cardiovascular de intensidad baja-media en mujeres en fase previa a la menopausia y tras la menopausia.
- 150 minutos a la semana de actividad física moderada-vigorosa lleva consigo cambios significativos en el perfil adiposo, principalmente en la grasa visceral.
- El ejercicio moderado-vigoroso se aconseja para prevenir problemas inmunometabólicos en postmenopausicas.
- El ejercicio lleva a cabo cambios a nivel cerebral que provocan bienestar, mejor autoestima, depresión, mejora del sueño e insomnio.
- Los ejercicios de suelo pélvico favorecen el fortalecimiento y sensibilidad de la zona, mejorando la sequedad vaginal y evitando las incontinencias.
- El trabajo de control respiratorio es importante para relajar y equilibrar el sistema nervioso y reducir así los niveles de stress y/o ansiedad.
- El ejercicio con cierto impacto articular, como por ejemplo andar, mejora la mineralización de los huesos, manteniendo una densidad mineral ósea adecuada, siendo muy importante el trabajo previo al periodo menopaúsico.
El ejercicio puede mejorar la salud de la mujer de edad media tanto a nivel psicológico como fisiológico siempre que se realice bajo un seguimiento de un profesional de la actividad física y el deporte que tenga, además, en cuenta la importancia de factores como: la alimentación, los niveles de estrés, el estilo de vida, los factores de riesgo asociados, el nivel inicial de condición física y el grado de adherencia previa a la actividad.
Laura Gimeno
Maestra Ed.Física
Licenciada CCAFyD
Entrenadora en Trainext