El interés del ser humano en la relación entre el cuerpo y la mente no es algo nuevo de nuestros días, sino que se remonta a antiguas civilizaciones, las cuales llevaban a cabo un uso terapéutico del ejercicio con el fin de la búsqueda de  bienestar físico y/o psicológico.

Teniendo en cuenta las culturas orientales, las teorías de antiguos pensadores, al igual que los recientes estudios e investigaciones en materia de neurociencia; son ya numerosos trabajos científicos los que describen y explican la relación entre la práctica de actividad física-deportiva y los efectos sobre la salud integral.

A continuación se enumeran algunos de los beneficios del ejercicio físico en diferentes ámbitos del bienestar psicológico, como pueden ser: la mejora de la salud subjetiva, el estado de ánimo y la emotividad, reduce la depresión clínica, disminuye los niveles de ansiedad, incrementa la autoestima etc.

¿Qué debo tener en cuenta para iniciar un programa de ejercicio físico con el fin de la mejora de ciertos aspectos psicológicos?

Una vez se tenga consentimiento médico para realizar práctica física, la persona se deberá poner en manos de un profesional de la actividad física y el deporte.

En sujetos con ansiedad el ejercicio debe ser rítmico, como por ejemplo ir en bicicleta, manteniendo una duración de 10 a 30 minutos, en una intensidad no más del 60% de la frecuencia cardiaca máxima, siendo necesario un tiempo de práctica de entre 4 a 20 semanas.

En personas con depresión se ha demostrado que tanto el ejercicio aeróbico como anaeróbico pueden presentar beneficios similares, en cuanto a la intensidad dependerá de cada sujeto. Algunos investigadores, llegaron a la conclusión que la falta de ejercicio es un factor importante para la aparición de síntomas de depresión, por lo que el ejercicio físico debe realizarse de manera rigurosa, estableciendo estilos de vida activos.

El programa de entrenamiento debe atender a las diferencias individuales, ya que se ha demostrado que ante un mismo programa de ejercicios, la percepción previa de eficacia, la tolerancia a la fática, al igual que si una persona tiene normo-peso, sobrepeso u obesidad, entre otros factores, hacen responder de manera diferente al programa, siendo muy relevante la respuesta en relación al grado final de adherencia a la practica física.

El proceso del ejercicio, ya sea de corta o larga duración, causa un bienestar mental y mejoría psicológica siempre que se adecue a las características y necesidades de la persona.

Se puede concluir que la práctica de ejercicio físico habitual repercute satisfactoriamente  en los niveles de salud, tanto física como mentalmente, ya que el ejercicio habitual puede generar cambios estructurales permanentes en el sistema.

Laura Gimeno

Maestra Ed.Física

Licenciada CCAFyD

Entrenadora en Trainext